La pesadilla de Facundo Martínez, el joven que era buscado en Buenos Aires

Había viajado desde Gualeguaychú para asistir a un recital y por casi dos días no se supo nada de él. El domingo pudo reencontrarse con sus familiares.

 

Facundo2Facundo Martínez tiene 18 años y nunca imaginó la pesadilla que viviría al viajar a la Capital Federal a ver el recital de Viejas Locas. En pleno show, le robaron la billetera, lo corrieron, huyó y se perdió. Lo encontraron en Retiro, shockeado, pero entero.

Gualeguaychú supo que Facundo estaba perdido el sábado a la noche por su familia, que usó la red social Facebook para pedir que se haga una cadena que aporte a la búsqueda.

El joven viajó el viernes con toda su ilusión a Buenos Aires. Fue con un amigo, en colectivo, a ver el recital de Viejas Locas. De Retiro, ambos fueron directamente al departamento de otro amigo de Gualeguaychú que estudia en Capital Federal, ubicado en el barrio de Recoleta.

Los tres llegaron el viernes a las 22 a Rock Sur, el salón de Avenida Sáenz 459, en Pompeya, para el recital de la banda de rock. Había mucha gente, por lo que los tres amigos convinieron un punto de encuentro para la salida, en caso de desencontrarse dentro del recital.

“Ya en la cola, ante el tumulto, se separaron”, contó a El Día Cecilia, la hermana de Facundo. Cuando el show terminó, los dos amigos esperaron a Facundo en el punto convenido y no llegó nunca. Eran las 5.30 del sábado y no quedaba nadie en el salón, por lo que decidieron ir al departamento, pensando que Facundo habría ido directamente allí. Pero tampoco estaba.

Con el correr de las horas, los amigos comenzaron a preocuparse y más tarde radicaron una denuncia por averiguación de paradero en la Comisaría 19 de Recoleta.

En Gualeguaychú, su familia ni bien se enteró se lo que ocurría se preparó para viajar y posteó en Facebook la búsqueda.

Su mamá, Pili Giachello y su papá Hugo Martínez, viajaron de inmediato a Buenos Aires, mientras Cecilia y el resto de la familia y amigos hacían una suerte de base de informaciones en la casa de Facundo.

Fue una noche muy larga que se prolongó hasta la tarde sin ninguna información. Sólo débiles datos de alguien que dijo haberlo visto en el recital, pero que no sumaba más, o de quien alertaba sobre la presencia de un joven NN en el hospital de San Isidro, que resultó no ser Facundo.

Mientras tanto, afortunadamente, la solidaridad de Gualeguaychú se mostró una vez más, compartiendo en Facebook y Twitter, haciendo cadenas de oración, deseando a la familia el mejor final. Pasadas las 17, la familia recibió la mejor noticia: ¡Apareció Facundo! Lo encontró un amigo en la estación de Retiro, totalmente shockeado.

Las peores horas de su vida

La hermana contó lo que vivió Facundo en esas interminables horas: “Estaba en medio del recital cuando vio que a una chica que estaba al lado unos muchachos la atacaban, intentando robarle. Facundo intervino y se la agarraron con él. Comenzaron a pegarle y a empujarlo hacia la salida. Lograron sacarle la billetera y con ella el papelito donde tenía anotada la dirección del departamento de su amigo. En shock, Facundo corrió y corrió, huyendo de esos chicos, hasta perderlos. Cuando se sintió seguro, cayó en la cuenta que no sabía dónde estaba. Eran cerca de las 3.30 y estaba lloviznando. Facundo llevaba puesta una remera de mangas cortas, no tenía abrigo. Caminó varias horas, hasta que sin saber cómo, se encontró en el Obelisco. Allí vio a un policía, le contó lo que le había pasado y el policía se rió; no le dio bolilla. Así que siguió caminando hasta que se acurrucó en la vereda, debajo de un techo, donde había un indigente sobre un colchón. El hombre le ofreció un abrigo que Facundo agradeció y siguió su camino, sin saber adónde iba. Ya de día, pasado quizás el susto, comenzó a buscar en los carteles de las paradas de colectivos, cuál iba a Retiro. Una señora escuchó su historia, le creyó y ofreció a pagarle con su tarjeta Sube el pasaje, dado que ella también viajaba hacia ese lugar”.

Facundo llegó a Retiro pasado el mediodía del domingo. No tenía idea que lo estaban buscando. Su mamá había estado una hora antes registrando cada rincón de Retiro sin suerte. Él se quedó allí, sentado, esperando el horario de su colectivo de vuelta a Gualeguaychú, pero sin el boleto que tenía comprado y le robaron con la billetera. Sin un peso.

A las 17, uno de sus amigos, que tenía boleto de vuelta a Gualeguaychú antes que Facundo llegó a Retiro y vivió la emoción más grande de su vida: encontró a su amigo perdido.

Inmediatamente se comunicó con los padres de Facundo y volvió con él al departamento de Recoleta, donde se dio el reencuentro más esperado.

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