Una travesti que gana un lugar en el Estado

Por Keili González (*)

En el día de hoy se formalizó mi pase a planta a permanente en la Municipalidad de Nogoyá.


Me cuesta mucho describir en palabras la sensación que me atraviesa, porque ya han pasado años desde aquel 1° de julio de 2013, cuando ingresé a trabajar en el entonces Área de Prensa y Difusión municipal junto a Carla Pilla, bajo la gestión de Daniel Pavón.

Luego, en el año 2015, bajo la gestión de Rafael Cavagna, mi función continuó, pero esta vez bajo el renombrado Departamento de Prensa y Diseño, a cargo de Gonzalo Elizalde.

Desde el comienzo atravesé muchas vivencias y experiencias, algunas muy buenas y otras poco gratas. Hoy celebro junto a otres este reconocimiento y la garantización del derecho al acceso a un trabajo que nos permitirá tener mejores condiciones de vida.

Por mi labor, muchas veces renuncié a los encuentros con los seres queridos, a un descanso y a veces a los estudios; pasé horas y largas noches en la computadora; los fríos, calores, hambre y dolores me inundaron en más de una cobertura de eventos; el contratiempo de la noticia y la primicia cotidianamente me marcaban el andar; más de un trote entre labiales y el peine para llegar a horario; discusiones y debates en la producción de contenidos; rabia y llanto porque tal vez las cosas no me salían como las premeditaba; también conocí a personas que en la diferencia supieron empatizar con mi lucha y acompañaron esos procesos; en sí descubrí, aprendí y nutrí de otres y junto a otres.

Felicito, celebro y acompaño a todes mis compañeres trabajadores que festejan este hecho, así como también comparto el reclamo por aquelles que se encuentran precarizades y son esenciales para el bienestar de la población.

Creo fielmente que podemos conquistar nuestros derechos organizándonos y estableciendo mecanismos para que todo se decida democráticamente, en asambleas de base, con delegadxs revocables y sin privilegios, para evitar la vulnerabilidad y burocracia.

La lucha continúa, soy parte de un colectivo que cree firmemente que estos espacios no solo deben incluir, sino que deben dejarse interpelar por las otredades, los saberes disidentes y de quienes hemos crecido en los márgenes.

Vamos por ese mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.

(*) Keili González es militante trans.

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