Ofrecen recompensa por un represor que conducía un programa de radio
Carlos Luis Carvallo, ex oficial de la Dirección de Investigaciones de la Policía de Entre Ríos, está acusado de participar de secuestros e interrogatorios hechos bajo tortura en una comisaría de El Brete de Paraná. Se recicló como locutor en Misiones. Desde fines del año pasado está prófugo, cuando el juez federal Leandro Ríos, ordenó su captura en el marco de la causa Base Aérea Paraná.
En la foto del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, tiene la expresión de un galán maduro de televisión y se lo ve con unos auriculares puestos. En la foto original —que circuló en internet y acompaña esta nota—, con el encuadre ampliado, tiene un micrófono y se lo ve en un estudio de radio. Ese era uno de los pasatiempos del ex oficial de la Dirección Investigaciones de la Policía de Entre Ríos, Carlos Luis Carvallo: hasta que el 21 de noviembre de 2014, la justicia federal de Entre Ríos ordenó su captura, era el conductor de El show de los impactos, la nave insignia de la mañana de la radio FM Show.
Desde entonces está prófugo. Sobre su espalda, pesan los cargos de haber participado en secuestros e interrogatorios bajo tortura en la Comisaría de El Brete, entre los años 1976 y 1977. Ahora, por un pedido del juez Leandro Ríos en una causa derivada del expediente principal por delitos de la dictadura en la denominada Área Paraná, fechado el 23 de junio y ampliado el 3 de julio, el Poder Ejecutivo lo incluyó su nombre en el Programa Nacional de Coordinación para la Búsqueda de Personas Ordenada por la Justicia (Buscar), y ofrece 500.000 pesos a quién acerque “datos útiles” que permitan detenerlo. Esos datos se reciben en el teléfono (011) 5300-4020, y tienen carácter secreto y confidencial.
Carvallo, tiene 60 años y nació en Oberá, Misiones, pero ingresó cuando era muy joven a la Policía de Entre Ríos. Fue oficial ayudante de la Dirección Investigaciones de la Jefatura Departamental Paraná, y consiguió trabajo como personal civil de inteligencia del Batallón 601, con funciones en el Destacamento 122. Su función era el de “agente de reunión”, un espía que señalaba militantes en sindicatos, universidades y organizaciones políticas y sociales, según consignó el periodista Juan Cruz Varela en El Diario.
En junio de 1976, un grupo de civil de la Dirección Investigaciones de la Policía de Entre Ríos, llegaron a la casa de los padres de Manuel Ramat, en Paraná. Uno de ellos se presentó como “Carvallo” y junto con otro de apellido Ojeda, se lo llevaron detenido unas horas.
Tres meses después volvió a su casa, y lo esperó unas horas, aunque no estaba. Ramat se presentó espontáneamente en la Jefatura Central de Policía. Hasta ahí fue a buscarlo Carvallo con un chofer. Lo llevaron rumbo a Santa Fé en el asiento trasero, pero a mitad de camino lo bajaron, lo encapucharon y lo pasaron al baúl. En la comisaría de El Brete estuvo 45 días. Fue interrogado en el sótano escuchó cómo torturaban a Luis Sotera, un compañero. “Ahí todos eran torturadores, por el trato que daban a los detenidos; y algunos eran interrogadores”, declaró Ramat en la causa judicial. Y señaló a “un oficial de apellido Carvallo” entre este último grupo. Otro dos policías, Ernesto Geuna y Carlos Militello, lo ubicaron como miembro de un área que denominaron “Informaciones”, que se encargaba de los operativos ilegales durante el terrorismo de Estado.
En 1979, Carvallo volvió a Misiones y se recicló como periodista. Ganó algunos premios y cierta notoriedad pública. Pasó a la clandestinidad cuando supo que lo buscaban.