Relocalizar 500 familias en Concordia demandará al menos $ 250 millones
Unas 500 familias de Concordia que tienen en sus casas más de dos metros de agua serán relocalizadas. En la Costanera, los bares y restaurantes serán reemplazados por food trucks para que puedan desplazarse ante una creciente.
Unas 500 familias de Concordia que tienen en sus casas más de dos metros de agua serán relocalizadas en zonas más altas. Este plan, que será financiado en un 66% por el gobierno nacional, comenzará a concretarse después de que baje la creciente, que dejó más de 10.000 evacuados. Es la tercera vez que áreas bajas de la ciudad deben ser deshabitadas por el avance del río, que se traga cada vez que crece más de 500 metros de costa.
Las inundaciones provocaron que la fisonomía de la ciudad empiece a ser moldeada por el propio río Uruguay. Una ordenanza aprobada por la intendencia en 1989 disponía el traslado de las familias de la cota 14, algo que nunca se cumplió, mientras el río Uruguay, con sus recurrentes crecidas, diagramaba los nuevos contornos de la ciudad. Veinticinco años después, la emergencia por las inundaciones volvió a poner en agenda la idea.
“Es imprescindible repensar las ciudades que son ribereñas y que están en riesgo por inundaciones con mayor frecuencia”, explicó Marcelo Benedetto, coordinador de la Unidad de Gestión de Proyectos Estratégicos del municipio.
En su visita, el domingo pasado, a Concordia, el presidente Mauricio Macri se comprometió a que el Estado nacional financie el 66% de las obras, con la posibilidad de conseguir financiamiento internacional, según advirtió el gobernador entrerriano, Gustavo Bordet.
De acuerdo con las estimaciones del municipio, la relocalización de las 500 familias tendrá un costo superior a los 250 millones de pesos. La cifra no incluye las refacciones del resto de la infraestructura urbana. Si este antiguo plan se concretara, no quedaría ningún habitante debajo de la cota 14. Hoy, la altura del río supera los 15,8 metros. Si se repitiera una inundación como la actual, habría viviendas inundadas, pero serían cerca de la mitad.
Los equipos técnicos de la intendencia argumentan que el proceso de evacuación sería más ordenado porque el incremento del caudal del río no llegaría tan rápido a las casas que, hoy, están más cerca de la ribera.
Relocalizaciones
En la costanera de Concordia, donde se encuentran los bares y restaurantes que son vitales para la actividad turística, se prevé que serán reemplazados por food trucks. De esa manera, ante el avance del agua podrían desplazarse. Unos 30 locales desaparecieron debajo del agua marrón. En algunos casos, sólo se ven los carteles.
Las relocalizaciones se producen desde hace tiempo en Concordia a partir de la presión que genera el río cuando crece y la inundación se extiende debido a que la represa de Salto Grande tiene que dejar fluir el caudal de agua río abajo para poder funcionar y producir energía. Uno de los principales problemas es que el agua tarda en bajar debido a que la represa no puede retener el caudal del río y elevar más la altura del lago.
Los vecinos que vivían en la cota 13 ya fueron trasladados a áreas más elevadas. La construcción, en la década pasada, de la defensa sur significó que los ribereños fueran trasladados detrás del terraplén. En esa zona las viviendas se demolieron y se destinó esa área para espacios públicos. Hoy, hay más de tres metros de agua en esa parte de la ciudad, donde sólo sobresalen las columnas de alumbrado público.
“La ciudad comenzó a distanciarse cada vez más de la costa del río, al que vamos a tener que ver cada vez más lejos”, contó Melisa Ramírez, de 45 años, que hace tres años decidió mudarse de la zona afectada. “Me fui a vivir a tres cuadras de la plaza principal y el agua está a 200 metros”, advirtió.
La defensa sur, que se construyó durante la gestión del gobernador Jorge Busti, se hizo realidad después de la presión de las organizaciones sociales y de los feligreses de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, que se encuentra en esa zona.
La ciudad se expandió hacia el Norte, donde también hay viviendas inundadas en las partes bajas, como el barrio Nebel, pero la superficie de las casas afectadas es menor.
Los planes de relocalización de viviendas para evitar las recurrentes inundaciones fueron parte de las campañas políticas del oficialismo durante la última década. En noviembre pasado se trasladaron 68 familias del barrio El Silencio, con un plan que llevó adelante el entonces intendente Gustavo Bordet, actual gobernador, con fondos del Programa de Urbanización de Villas y Asentamientos Precarios de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación.